Crónica de una cata magistral en Jerez

Crónica de una cata magistral en Jerez

Desde hace años estoy viendo en la prensa esta actividad, enmarcada dentro de las fiestas de la vendimia de Jerez, pero nunca había podido asistir, hasta el pasado viernes 16 de Septiembre, fecha que quedará marcada en mi calendario de memorables recuerdos sensoriales. Una cata magistral.

Marco espectacular y lleno hasta la bandera

¡Qué importante es el lugar para una cata! Todo suma “magia” y romanticismo, y en este caso fue en el Alcázar de Jerez, lugar habitual donde se desarrolla la mejor feria del mundo de vinos generosos, Vinoble, al que no he faltado en ninguna de sus citas.

Elegantes mesas dispuestas en el patio de Armas, una temperatura que parecía comprada para la ocasión, tonalidades ocres de atardecer que iban dando paso a la noche…  Una noche en la que brilló la luz del vino de Jerez junto a las sabias palabras de un gran enólogo, Manuel Valcárcel, de Bodegas Fundador.

Vinos, tapas y flamenco… What else?

Pero además de los vinos Harveys hubo tapas innovadoras de la mano de Catering Cobos y su cocinero Mauro Barreiro, y acompañamiento de flamenco a cargo de David de la Jeroma, ¡No se puede pedir más!

Bueno sí, un Bristol Cream con hielo nada más entrar y un sorprendente mojitoelaborado con brandy Fundador Solera para finalizar, que amplía los usos de esta noble bebida que está llamada a renacer, tiempo al tiempo.

Harveys, su nueva línea

Acompañado por Cesar Saldaña, del Consejo Regulador de Jerez, Manuel Valcárcel fue descubriéndonos, con la humidad y sencillez que le caracteriza, la nueva línea de los vinos Harveys.

Estos vinos son hermanos pequeños de la gama VORS, de la que el Amontillado ha sido elegido en la IWC como el Mejor Vino del Mundo, y el Palo Cortado fue finalista del mismo premio, un ejemplo de como hacen las cosas en Fundador.

Fino Harveys

Procede de unas soleras de 1953. Crianza Biológica 5 años. Fino de Jerez “de libro”, marcada levadura y almendra. Seco y redondo paso por boca y persistencia elegante. Recuerdo final sápido.

Acompañado por un Gazpacho Bloody Mary con guarnición de panceta crujiente que personalmente me encantó el juego que aportaba en el conjunto.

Amontillado Harveys

Es el mismo vino anterior que en bodega, tras la crianza biológica de 5 años, es llevado a una crianza donde sigue criando bajo velo tres años mas agotando la flor, dando paso a un encabezado hasta 17% vol. y crianza oxidativa hasta que alcanza una edad total en torno a los 15 años.

Ámbar con ribetes verdosos, intenso y complejo en nariz, avellanado, madera noble, elegante. Pujanza atenuada. En boca, entrada afilada, notas yodadas, salino y amargo. Muy persistente y aromático por retronasal.

Fue acompañado por un magnifico carpaccio de cerdo ibérico queso y guindilla.

Oloroso Harveys

Elaborado con mosto yema de primera calidad, al igual que los anteriores, encabezado a 18 grados y en crianza oxidativa  entre 10 y 12 años.

Caoba, más dulce en nariz acompañado de mas tostados y torrefactos de la madera, junto al alcohol. En boca, voluminoso, amplio, suave y agradable amargor final amortiguado por la glicerina. Con notas de vainillina y tostados en retronasal.

Para el oloroso se preparó un exquisito bombón de hígado de pichón al jerez.

Palo Cortado Harveys

No entraremos en “misterios” de elaboración, solo comentaros que quizás era el vino con mas edad de la terna, unos 15 años o alguno más.

Es un vino más complejo de nuevo, volvemos a los matices de lacas, maderas nobles, especiado,…y una boca suave y amable, además de persistente. Elegante final.

En este caso el maridaje fue un burrito, o taco, de carrillada. La comida picante, mexicana, hindú, etc. le va perfectamente a este tipo de vinos, os animo a probar, quedareis sorprendidos.

PX Harveys

Ya conocéis mi pasión por el PX. Pues éste está en un momento que a mi personalmente me encanta, ya que con una edad entre 5 y 7  años no pierde los matices frescos de la pasa, dátiles, miel, y comienzan a aparecer los balsámicos, tostados, regaliz, toffee. Me trajo muchos recuerdos de tiempos pasados. En boca, 420 gramos de azúcar por litro equilibrados con acidez, no empalagoso., bien balanceado, como matizaba Manuel.

Es un postre en sí mismo, aunque fue acompañado por mousse de pasas, galleta rota de naranja y ganaché de chocolate blanco.

Fue una gran velada, didáctica, amena y en donde pude profundizar más sobre los vinos de Jerez de la mano de un  grande en un lugar muy especial.

 ¡Salud!