Desde un juguete de 50€ hasta un aparato con las últimas tecnologías de millones de euros. Desde ayudar en el transporte de medicinas a zonas de complicado acceso hasta que Amazon te traiga a casa la última compra o retransmitir un evento desde un punto de vista espectacular.
Los drones están cada vez más integrados en muchos ámbitos y sus aplicaciones siguen aumentando. Y el mundo agrícola es uno de los grandes beneficiados de estos avances.
Viticultura de precisión
Tradicionalmente, el cuidado de los viñedos ha sido uniforme y la inspección del terreno realizada por personas, palmo a palmo, examinando al detalle los diferentes estados que puede haber en una misma parcela y hasta en la misma vid. Y salvando los escollos que la extensión o la orografía presenten.
Una de las tantas aplicaciones de estos aparatos denominados VANT (Vehículo Aéreo No Tripulado) o dron según la adaptación al castellano de la palabra inglesa drone (zángano), es la de la agricultura de precisión.
Las nuevas tecnologías mejoran el análisis del estado del cultivo durante toda la temporada. Son capaces de detectar variaciones que permiten optimizar los recursos, segmentando el viñedo en zonas según necesidades diferentes, y planificar mejor la campaña de recolección.
Hace ya más de una década que la industria vitivinícola utiliza satélites y aviones para obtener imágenes multiespectrales de las viñas. Estas imágenes muestran cómo interactúan con la radiación electromagnética, detallando índices como el verdor de la planta o su cantidad de biomasa. Pero la baja resolución de las imágenes, con un margen de error de hasta 7 metros, y su elevado precio limitan su aplicación práctica.
Drones que cuidan viñas
Los avances en la toma remota de imágenes han tenido en estos últimos años a los drones como protagonistas. Equipados con cámaras de distintos tipos (termográficas, infrarrojas, hiperespectrales, etc.) y con un margen de error menor de un centímetro, los drones obtienen imágenes en tiempo real a una velocidad considerable (hasta 30 hectáreas en 20 minutos) con detalles relativos a la salud, posibles plagas o estrés hídrico de las vides.
Estos datos, junto con los recibidos de sensores instalados en el suelo, permiten la máxima precisión para cuidar el viñedo. Las ventajas del uso de drones también incluyen un mejor cuidado del medio ambiente y la optimización de recursos, ayudando a la rentabilidad del viñedo.
Una herramienta cada vez más usada
En España, la primera bodega en utilizar esta tecnología fue Viñas del Vero para preparar la vendimia de 2014. La toma de fotografías de sus 612 hectáreas permitió realizar un mapa de vigor para optimizar la recogida. Desde entonces, muchas han sido las bodegas que han adoptado esta herramienta y las empresas tecnológicas que han nacido a su alrededor.
Ramón Bilbao implementó sistemas con drones para la última vendimina en sus 180 hectáreas de la Denominación de Origen Rioja, situadas a las faldas de las Sierras de Cantabria y la Demanda. Barbadillo, una de las bodegas más antiguas del país, ha lanzado hace poco Cultiva Decisiones: una plataforma global de agricultura de precisión para la observación continua de la explotación de forma sencilla y visual con el objetivo de apoyar al agricultor en la toma de decisiones.
Además de ayudar a las tareas del viticultor para el cuidado de la viña, el uso de esta tecnología permite salvar terrenos complicados. En Galicia, la ‘viticultura heroica’ de la Ribeira Sacra será más llevadera gracias al proyecto Ecovine, un proyecto de la Universidad de Santiago y el CSIC que colabora con varias empresas tecnológicas y bodegas.
La iniciativa, financiada por el programa Conecta Pyme y liderada por la bodega Ponte de Boga, tiene como objetivo es desarrollar tecnologías para el tratamiento de las imágenes capturadas por drones y el análisis de los datos generados. Así se logra zonificar con precisión el viñedo y gestionarlo según sus necesidades, optimizando los procesos de cultivo y cosecha.
Actualmente, según el estudio Drone Powered Solutions de PwC, el mercado global de soluciones con utilización de drones para diversas industrias alcanzó en 2017 un valor de 127 mil millones de dólares por año en todo el mundo. En la viticultura de precisón también es fundamental el estudio de variables y desarrollo de programas para transformar los datos en conocimiento.
Viñas a vista de pájaro
Los drones no sólo ayudan a cuidar el viñedo, también a promocionarlo. Bodegas Torres los utilizó para mostrar desde el aire sus principales fincas y viñas en un recorrido de 1.000km, de este a oeste del país. El resultado: un espectacular vídeo 360º interactivo y la posibilidad de recrear la experiencia mediante realidad virtual:
Nos queda aún mucho que ver en el mundo de los drones aplicados a la agricultura y, en concreto, a las viñas.
¡Salud!